Limpieza de suelos porcelánicos

Si tienes en casa o en la oficina un suelo de gres porcelánico es posible que te sientas frustrado porque nunca consigues verlo perfectamente limpio y que hay manchas que no hayas conseguido sacar del todo. Por lo general, este tipo de suelos son muy susceptibles de acumular suciedad y retenerla, aunque depende mucho del tipo de estructura, si es seca o rugosa.

En muchos casos, es suficiente con limpiar con una mezcla de agua y vinagre para eliminar la suciedad, pero también existen productos específicos en el mercado para la limpieza de suelos porcelánicos. Eso sí, en nuestra experiencia como empresa profesional de limpieza, es que estos últimos deben ser usados con precaución, ya que  suelen presenta altas concentraciones de ácidos que podrían estropear el pavimento de manera irreversible.

 

Consejos para limpiar suelos porcelánicos

El mantenimiento de los suelos porcelánicos es bastante sencillo. Únicamente necesitamos realizar una limpieza cada cierto tiempo con agua y jabón para devolver al suelo sus características originales y dejarlo como el primer día.

  1. Jamás apliques productos que contengan ácidos sobre los suelos porcelánicos recién colocados, ya que el ácido puede reaccionar con el cemento no fraguado y deteriorar las juntas. Además, aunque lleve bastante tiempo colocado, es importante que no apliques productos que contengan ácidos fuertes. Lo ideal es usar un jabón pH neutro.
  2. A diario, debes pasar la mopa seca para eliminar las huellas y el polvo. Si hay mucha suciedad, también puedes usar una aspiradora o una escoba. Y para fregarlo únicamente hay que usar una fregona y un limpiador de suelos. Siempre usando abundante agua mezclada con un poco de producto. En concreto, tres partes de agua por cada una de producto limpiador. Con esta proporción siempre acertarás y dejarás tu suelo reluciente.
  3. Empieza a limpiar la estancia siempre desde la esquina más alejada de la puerta para que no tengas que pisar lo que ya has limpiado. Además, si tienes niños pequeños o mascotas en casa, es importante que los dejes en otra estancia mientras limpias para que no dejen huellas.
  4. Para la zona de las juntas, que siempre son más susceptibles de ensuciarse, recomendamos aplicar una mezcla de una parte de potasa por tres partes de agua. Frota las juntas con un cepillo de dientes viejo para llegar a todos los rincones. Después aclara con abundante agua y termina secando con un trapo limpio. ¡Tu suelo quedará como nuevo!
  5. Moja toda la superficie con agua limpia antes de echar cualquier producto químico con una fregona bien escurrida. De esta forma, evitarás que el pavimento absorba los agentes, tanto en las juntas como en el propio soporte cerámico. Después de aplicar el producto, debes aclarar inmediatamente para eliminar los restos del tratamiento.
  6. Evita usar sustancias abrasivas o dar golpes y punzamientos que puedan romper, rayar o deteriorar las superficies del suelo.
  7. Es muy importante que tengas en cuenta tanto las características del pavimento como del revestimiento y que siempre sigas las indicaciones del fabricante para no estropearlo.